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jueves, 1 de septiembre de 2011

¿Antecedentes?

Después de plantearle  la idea a mi amiga, le conté a mi novio. Me dijo: -Tu amiga está igual de loquita que tú, ¿verdad? , y pues no pude evitar reírme y agradecer a la vida por tener amigas tan divertidas que me siguen el juego con ideas tan locas. La idea me pareció muy amena y pensé en llevar un blog, la única pega sería si nos descubren, pero confiamos en que nadie lo leerá, y si llegásemos a ser cachadas entonces deberíamos reírnos porque somos casi famosas, jajajaja.
Afinando los detalles con Tala, se le han ocurrido cosas interesantes, como el hecho de llevar bolsas de compra de tienda departamental. Eso nos haría ver como que ya gastamos dinero, y entonces queremos gastar más, o que no nos duele hacerlo. El sentido común me dice que hay que ir arregladas, sin embargo, nuestro objetivo más que muestras gratis es aplicación gratis de tratamiento, así que creo que es mejor llevar la cara “disponible”.
Estuve haciendo investigación de campo (LOL) y pues me topé con blogs y sitios interesantes:
El primero es el blog de una chica que es dependienta de una línea de cosméticos. Habla de su día a día detrás del mostrador, de los clientes latosos, de cómo te “bannean” cuando ya te conocen la calaña de gorrona o de que no compras nada, etc. La importancia de este blog es que podemos estudiar el otro lado de la moneda, la vendedora y sus metas de venta.
La siguiente fuente importante es una serie de artículos sobre cómo sobrevivir a las vendedoras que te presionan para comprar, devolver productos y salir con sólo lo que necesitas o querías.
Este enlace habla sobre algunos detalles importantes que puede que no sepas respecto a los mostradores de cosméticos en términos de higiene, técnicas de venta, entre otros.
Estos tres últimos enlaces me han sido útiles también para trazar mis malignos planes. Son consejos sobre qué y qué no hacer en el mostrador de cosméticos. Son vistos del lado de la vendedora, que hay que considerar ser humano también, y pues se gana la vida vendiendo cosas.
Si quiero llegar a la ética de mi plan, creo que hay sentimientos encontrados. Por un lado es un poco egoísta ir con toda la intención de hacerles creer que vas a comprar para obtener un beneficio, y ellas gastan su tiempo en atenderte, y quizás un cliente potencial se desespere en ese momento y se largue. Por otro lado, cuando tienes un presupuesto limitado y deseas comprar lo mejor que puedes con ese dinero, no puedes darte el lujo de probar cosas que no funcionarán, y estás en tu derecho de analizar con calma todas las opciones disponibles del mercado si así lo deseas. Así que después de masticar cosas en mi mentecita loca, la idea final que me permite dormir por las noches es que: Estamos haciendo algo divertido que podemos contar a nuestros hijos. Es más bien una investigación social con metodología libre cuyos hallazgos estarán siendo reportados en un medio de comunicación abierto, donde cualquier persona podrá tener acceso a ellos y considerarlos en su toma de decisiones respecto a marcas y tiendas que pueden ser adecuadas para ella. No hay nada mejor para las ventas que el boca a boca, y si a pesar de no comprar nada a Fulanita Buena Onda la recomendamos ampliamente, indirectamente obtendrá un beneficio.
Mi novio siempre dice que para hacer las cosas tenemos dos razones: la buena y la verdadera. Supongo que él diría que la de arriba es la buena razón y que la verdadera es que soy una tacaña y busco maneras de perder el tiempo. 

miércoles, 31 de agosto de 2011

Esmaltes Illamasqua Gratis

Illamasqua: regalará esmaltes de uñas acabado gomoso a una persona al azar que se registre en la página de la promoción kinkynails. Aplica internacionalmente... Buena suerte

Confirmando Hipótesis


Un sábado fui a la escuela a trabajar con unos compañeros de equipo. Terminamos temprano (4 P.M.¬¬’) y decidí volver a casa caminado. Cabe mencionar  que camino a casita hay dos centros comerciales: uno con un Sears y el otro con un Liverpool. Pasar por el Sears es obligado mas si bien pude haber evitado perfectamente el Liverpool, pasé por ambos como una desobediente caperucita roja.
SEARS: Esta sucursal es pequeña,  aunque su departamento de cosméticos no está nada mal surtido. Había cupones para faciales exprés de L’Oreal y para maquillaje en TooFaced (marca que antes no estaba), así que tomé para mi amiga y para mí. Mi pretexto para entrar inicialmente era preguntar por el precio del mismo rubor de Estée Lauder que quería mi amiga, ya que teníamos la hipótesis de que el Palacio de Hierro era más caro que las otras dos tiendas departamentales. Hipótesis descartada, quizás otro tipo de mercancías tenga este comportamiento, pero al menos en cuanto a cosméticos es la misma cosa.  Sin embargo, ese tono no estaba en existencia.
Esta sucursal tiene un área de zapatería un poco pequeña, y le traigo ganas a unas botas Harley Davidson que estuve a punto de probarme en Perisur, pero no pude por cosas del destino; así que ya estando a media tarde de sábado vestida y alborotada me fui derechito a la plaza del Liverpool.
LIVERPOOL: Esta es mucho más grande y me gustó su departamento de farmacia que no conocía. Manejan marcas dermatológicas. Aunque la verdad iba nomás a ver que había, porque me gusta saber qué hay y en dónde, las vendedoras me rondaban como buitres. No sé si era mi cara sin maquillar con mis cejas sin depilar (falta de tiempo por exceso de trabajo) lo que les hacía pensar que necesitaba urgentemente su ayuda.
Me demostraron una interesante línea de bloqueador solar que no pienso probar en un futuro cercano porque tengo suficiente en casa, pero que sin duda consideraré cuando necesite más. Una mujer de la marca DDF me realizó un facial para que conociera su marca, que la verdad no conocía, pero que me pareció buena en general.  Aunque al leer las etiquetas me di cuenta que la mayoría de sus productos contienen ácido salicílico, lo que por experiencia propia (Normaderm) sé que no es tan bueno para mi piel al ser más bien mixta-seca, por lo que no creo comprar ese tratamiento; sin embargo, una mascarilla de azufre me agradó bastante y aunque cuesta como 600 pesos tiene un tamaño enorme. Quizás cuando termine la de Estée Lauder pruebe esa.
¡Hey!¡ Yo iba a ver botas! Así que corregí mi rumbo a zapatería pasando por deportes a ver tenis. Después de tontear viendo los zapatos y tratando de adivinar su precio antes de levantarlos para verlo, la vendedora me informó que ahí YA no manejan esa marca, pero que puedo ir a otra sucursal donde sí… entonces muy triste me dirigí a cosméticos de nuevo.
El primer mostrador al que me acerqué fue al de la línea The Balm que para nada conocía, pero me llamó mucho la atención ya que el tipo de empaque es prácticamente igual al de Benefit. Tiene cosas lindas y empaques muy llamativos, pero en lo que respecta a la empleada, creo que está muy mal capacitada. Era joven y muy amable, pero no sabe vender ni  aplicar el maquillaje, quizás estaba nerviosa. Me interesaron los delineadores en gel, pero ella batallaba en aplicarme el tono elegido y le pedí la brocha para hacerlo yo. Me probé un tono morado muy lindo, pero la textura del producto era muy reseca, y fue difícil aplicarlo. Costaba alrededor de 300 pesos, en ese caso mejor compro un MAC o Bobby Brown, pero no será pronto porque tengo uno de Coastal Scents casi nuevo. La máscara me la aplicó bien, y el empaque  de animal print hermoso, pero muy cara para mi gusto, jajaja.
 Volví a Estée Lauder a preguntar por el mismo chunche y el precio es idéntico, pero aquí sólo tenían el degradado rosa y no el durazno. Aquí solicité que me probaran una base, ya que tengo rato pensándomelo sobre la Double Wear, y pienso comprarla cuando termine la actual, esa o una de MAC. En el mostrador de Coyoacán la primera vez me la aplicó un chico y me dijo que lo mío era la intensidad 4.3 (¿¿o era 3.4??)en el Double Wear regular, me la probó en el rostro y me agradó. La vez del desayuno me dijeron que para mí sería la Double Wear de cobertura media, y que en la compra de la base me ajustaban el tono, lo cual no me agradó ya que quiero tenerla puesta y salir al sol  y asegurarme que no se ve rosita antes de decidirme a comprar una. En el mostrador de Parque Lindavista me aplicaron la intensidad 2 de Double Wear Light, la sentí muy clara respecto al cuello, pero amé la textura ligera y emparejó perfecto el tono del rostro. Cuando salí al sol a verla, casi era el atardecer, así que no estoy muy segura de si era un ajuste perfecto o no.
Como después de la lavada y la pintada sentí mis labios resecos, decidí buscar un buen gloss para probar. Fui a Clinique y me hicieron un spa de labios… y me pusieron un gloss muy lindo. Otra cosas interesante que vi en la plaza, mas no en la tienda departamental, fue un fijador de labial de la marca ARTDECO en Faces, pero ronda los 300 pesos. Por lo pronto probaré primero LipCote que ronda los 200, sin embargo tengo que ir a cazarlo a una plaza que no conozco, pero eso viene después.
Cuando salí estaba muy cerca el atardecer, por lo que decidí apresurarme antes de que saliera el lobo feroz. Caminé por unos 45 minutos más hasta mi casita, y al llegar, a pesar del sudor la base seguía luciendo hermosa, así que creo que cada vez me convenzo más de comprar esa base cara.
En conclusión:
·         Logré tratamientos gratis sin siquiera proponérmelo.
·         Quizás debido a que iba con cara lavada y eso las hace pensar que ruegas ayuda y que actualmente no tienes ningún producto de cuidado de la piel y pueden volverse tus “dealers-guru”.
·         Pienso comprar una base de larga duración Estée Lauder en un futuro no tan cercano ni tan lejano, pero tengo que asegurar que encuentro el tono perfecto.
·         The Balm no tiene buenos delineadores en gel.
·         Amé la mascarilla de azufre de DDF.
·         El rubor rosa degradado de Estée Lauder es demasiado rosa para mi gusto.
·       Esto prueba que es perfectamente factible mi sucio propósito de obtener exfoliante gratis una vez a la semana hasta que se acaben los mostradores o alguien nos ponga en la lista negra de las gorronas.
Los cosméticos están igual de caros donde sea.

martes, 30 de agosto de 2011

Epifanía gorrona

Todo comenzó un día de abril en que sintiéndome pudiente con mi tarjeta de crédito, asignada sin ser solicitada y aceptada para ser usada sólo en emergencias, tenía una promoción de que todas las compras mayores a 500 pesos de cualquier tienda se podrían pagar a meses sin intereses. Mi asombrosa línea de crédito equivale como a 1.4 veces lo que “gano” al mes, nada mal cuando nunca has tenido tarjeta y ni siquiera trabajas (en el amplio y legal sentido de la palabra).
Resulta que mis tenis (única clase de calzado que me permite caminar más de dos cuadras) estaban ya muy gastados y comenzaban a ser incómodos, y mi mochila de más de tres años… comenzaba a volverse transparente del fondo; sí que decidí sustituirlos con algo de mejor calidad de lo que fueron estos alguna vez, con la ilusión de que duraran más, aprovechando la genial promoción.
Y así llegué al centro comercial de Coyoacán y encontré unos tenis a mitad de precio en el botadero de Martí, otros tenis en el Palacio de Hierro cómodos y a precio razonable, pero no una mochila que me satisficiera suficiente. Iba yo bajando las escaleras eléctricas con mis grandes bolsas y un chico guapo, rubio y alto me ofrece un papel de una urna para una promoción de Estée Lauder y creo que hasta pregunté si cobraban (tacañez al máximo). El punto es que me gané un facial exprés de cortesía y ahí voy a la cabina y me aplicaron un exfoliante, tónico y humectante que olían delicioso. Después me ofrecieron la GRAN GANGA PROMOCIÓN de una cosmetiquera con la crema olorosa a pepino en tamaño completo más muestras de limpiador espumoso, suero matificante y crema de ojos por la mágica cantidad de 700 y algo. Y aquí viene la confesión culpable: la compré. Ok, es culpable porque el contexto del asunto es:
CONTRAS:
· Estudiante becada fuera de la ciudad de origen con presupuesto limitado intentando no pedir dinero a mami y papi.
· Debería de ahorrar para mi futuro ya que estoy en mis veintitantos y sin INFONAVIT o AFORE o marido/prometido/sugar daddy que me resuelva la vida, jajaja.
· Un par de semanas antes había comprado un hidratante con color de Laura Mercier que costó como 650 (un hecho culpable más), crema de ojos de 300-algo de La Roche Posay además de un tratamiento Normaderm de Vichy (200 o 300).
· Ese mismo día temprano por la mañana acababa de comprar un bloqueador facial Avène, un kit promocional de bloqueador con loción para después del sol de Eucerin, y un kit promocional de más normaderm (para dejar en casa de mis papás y no cargar equipaje ¬¬) como 1200 pesucos.
· Se suponía que la tarjeta era para EMERGENCIAS.
PROS:
· El día que compré el coso de Laura Mercier, pasé a Clinique de la misma tienda y la mujer me asustó con las 20 cremas que me recomendó y los 4000 pesos que me costaría todo para hacerme bella. OSEA ni siquiera me acerco a los 30 años ¿y tengo que usar tanta crema? Ni que tuviera como 1 hora en la mañana para pasar embarrándome cosas.
· El hidratante de Vichy resultó no ser tan hidratante en mis mejillas y no tiene bloqueador solar.
Resultó que si me ponía el hidratante de Laura Mercier sobre la crema de Vichy, esta última formaba "pellejitos" blancos, así que sólo la puedo usar por la noche solita.
· En ese momento me pareció económico comparado con el presupuesto de Clinique y me prometían que esa crema sola es todo lo que necesitaba (más suero y rutina de limpieza que no pensaba comprarles porque en mi opinión los limpiadores del súper hacen el mismo trabajo con la misma eficiencia).
· Estaba un poco eufórica por haber comprado mis tenis y me dejé llevar.
· Me hizo sentir elegante comprar esa mamada.
· En verdad olía delicioso.
Bueno ya comprado… me sentí culpable en casa… pero qué más daba. En fin, la mujer que me atendió registró mis datos en su base de datos, y no conforme, me hizo comprar (sí, ajá, me apuntó con una pistola) una exfoliante de 400 que me prometió me quitaría la pigmentación de mi barbilla con uso constante y eso me haría acreedora a un facial completo. Hice mi cita para el facial y me fui con dolor de panza.
Meses después, entiéndase hace como 15 días, me llamaron por teléfono invitándome a un desayuno-demostración del nuevo tratamiento de la marca (todavía no me acabo su frasco y ya hay uno nuevo…) y mi pregunta obligada fue: ¿Cobran? Jajaja… qué barata soy. Y me dijeron que no, que era cortesía y que podía llevar un acompañante.
Fui con una amiga de la escuela. Cabe mencionar que la crema lanzada estaba destinada a mujeres a partir de los 35 años, por lo que de plano ella y yo no encajábamos para nada. Había muchas mujeres mayores, unas bien cuidadas y otras no. Nos hicieron un facial exprés gratis y preguntamos de todo menos de la línea Resilience. Mi amiga amó un rubor degradado en todo durazno llamado Peach Nuance, pero no compramos nada. RESUMEN: desayuno y exfoliación gratis.
Cabe mencionar que las maquillistas no nos dieron confianza. Todas menos una usaban colores azul brillante en los ojos de manera muy dramática, incluso aunque el color no les quedaba nada bien. Se me figuró que querían venderte maquillaje demostrando TODO el disponible en su propia cara. No me malinterpreten, se podría pensar que quizás no me gustan los looks intensos, pero yo suelo usar colores similares y creo que hago mejor trabajo difuminando…a pesar de que casi no me maquillo (hablando de frecuencia, no de intensidad). Sólo una tenía un estilo agradable, casi pin-up que le favorecía bien.
Nos la pasamos riendo mi amiga y yo, hablando de tonterías, y teniendo conversaciones mentales sobre las demás señoras y lo curiosas que eran. No es que nos burlemos de la gente, pero en general nos gustan las señoras y hablar de ellas, es decir, son como algo mágico, místico y misterioso; unas son curiosas, unas están locas, unas son divertidas y en lo personal me la paso pensando a cuál tipo de señora me pareceré alguna vez. Después de la divertida experiencia y pensando que necesitábamos ese exfoliante (no tuve valor de confesar a mi amiga que ya lo había comprado) y firmemente creyéndole a la mujer con la mejor piel que he visto a su edad de que me he de cuidar y usar bloqueador solar nos retiramos del sitio.
En el camino hablamos de lo maravilloso que era ese rubor, y la crema que nos pusieron (que uso ¬¬). Más tarde, ya sola en casa se me ocurrió la idea más loca que he tenido últimamente: ir cada fin de semana a una tienda departamental distinta a que nos hagan exfoliación, así nunca tendríamos que gastar en uno (bueno NUNCA no, en un buen tiempo). En mi caso se supone que debo exfoliarme dos veces a la semana, y mi amiga una; así que mi plan implica que una me exfolio yo entre semana y el fin vamos a que nos consientan. Qué baratas… pero cuando vives lejos de casa, y dependes de una beca…. NADA ES SUFICIENTEMENTE BARATO